Grupos de la industria de la construcción presentaron hace poco una demanda judicial en un tribunal federal para bloquear las nuevas normas de seguridad relacionadas con la exposición al polvo de sílice. Las nuevas normas exigen que los empleadores hagan más para proteger a sus trabajadores contra los riesgos de exposición, y representan la primera actualización de las normas de OSHA para exposición al polvo de sílice en casi 50 años.
Se sabe que la exposición a la sílice cristalina —el polvo fino que respiran los trabajadores cuando trabajan con materiales como hormigón y piedra— ocasiona varias enfermedades graves y a veces mortales, entre ellas:
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
- Enfermedades renales
- Cáncer de pulmón
- Silicosis
En resumen, mientras menor sea la exposición de los trabajadores de la construcción al polvo de sílice, también será menor el riesgo de tener estas enfermedades. Entonces, ¿por qué las empresas de construcción se oponen tanto a tomar más medidas para proteger a sus empleados?
La respuesta es sencilla: dinero.
Las empresas de construcción se oponen a los costos de las nuevas normas para el polvo de sílice
Aunque OSHA ha calculado que el costo de cumplir con las nuevas normas sería de aproximadamente $659 millones al año, algunos analistas señalan que este costo en realidad podría llegar hasta $4.9 un billón. Esto puede parecer una suma muy grande, pero recuerde que la industria de la construcción genera más de $1.7 billones anuales. Tenga en cuenta también que lo que está en riesgo es la salud de los trabajadores de la construcción, y en muchos casos, su vida. De hecho, debido a los beneficios que se obtendrían al limitar la exposición de los trabajadores de la construcción, OSHA señala que las normas en realidad brindarán un beneficio económico neto total de $7.7 un billón anuales.
A pesar de los beneficios obvios, muchas empresas de construcción se siguen oponiendo a las nuevas normas y han decidido combatirlas en los tribunales. Sostienen que su cumplimiento no es viable en términos económicos; o en esencia, que los beneficios para los trabajadores no valen la pena.
Exigencias de las nuevas normas
Cerca de dos millones de trabajadores de la construcción en la ciudad de Nueva York y en todo el país están expuestos al polvo de sílice en el trabajo. Aun cuando el equipo necesario para disminuir la exposición de los trabajadores al polvo de sílice se encuentra ampliamente a disposición de las empresas de construcción, muchas se niegan a cumplir con las exigencias de OSHA para proteger a sus empleados. Las nuevas normas de OSHA sobre el polvo de sílice exigen que los empleadores tomen medidas como:
- Disminuir la exposición al polvo de sílice a la mitad del nivel actual permitido
- Usar controles de agua, de ventilación u otras medidas que limiten la exposición de los trabajadores al polvo de sílice
- Brindar protección para las vías respiratorias de los trabajadores cuando los demás controles no sean factibles
- Capacitar a los trabajadores que estén expuestos al polvo de sílice y limitar el acceso a zonas de exposición elevada
- Ofrecer exámenes médicos a los trabajadores con un nivel alto de exposición
Las nuevas normas para la industria de la construcción están en vigor a partir del 23 de junio de 2016. Lamentablemente, tendremos que esperar a que termine la batalla de la industria de la construcción en los tribunales antes de saber con certeza si los trabajadores podrán beneficiarse de las nuevas medidas de protección.
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