Trabajar en la construcción en Nueva York implica un mayor riesgo de muerte entre las ocupaciones con alta demanda. Cada día, quienes trabajan en esta industria se exponen a peligros fatales.
A pesar de las regulaciones y medidas de seguridad, los accidentes ocurren, y sus consecuencias llegan a ser graves. Un dato para dimensionar el problema es que durante la pandemia, cuando las contrataciones disminuyeron, el índice de muertes en las obras de construcción no bajó.
En este contexto, es importante que usted, como trabajador o familiar de alguien en esta industria, esté bien informado. Solicitar atención médica inmediata, notificar el incidente al empleador y conservar toda la documentación son pasos fundamentales para procurar las mejores condiciones en una situación así de compleja.
Si bien atender la emergencia inmediata suele llevarse toda la atención, no hay que dejar de lado la orientación de abogados de accidentes. En muchos casos, recibir ese apoyo profesional permite defender los derechos de las víctimas, particularmente cuando la pérdida o la lesión afecta la estabilidad de toda una familia.
Construcción: una de las industrias con mayor probabilidad de morir
Si usted trabaja en la construcción en Nueva York, probablemente ya sabe que su trabajo implica riesgos. Sin embargo, tal vez no se imagina la magnitud del peligro.
Al respecto, los datos del Deadly Skyline Report 2024 muestran que la industria de la construcción tiene la mayor tasa de mortalidad entre todos los sectores laborales de la ciudad. En 2022, la tasa de mortalidad general en Nueva York fue de 2.9 por cada 100 000 trabajadores.
Pero para los trabajadores de la construcción esa cifra fue más de tres veces mayor: 9.6 muertes por cada 100 000. En Nueva York, la diferencia fue aún más marcada. Mientras que la tasa general fue de 2.3, en la construcción alcanzó los 11.5. Este dato por sí mismo debería encender las alarmas.
En el mismo año, fallecieron 24 trabajadores de la construcción en la ciudad. Eso representa un aumento del 20 % con respecto a 2021. Si se compara con 2020, el incremento es del 85 %.
Los menos favorecidos en la industria
El incremento en el riesgo de muerte parece responder al aumento en la exposición de los trabajadores a condiciones inseguras, especialmente en obras sin supervisión sindical. Y es que en 2022, el 90 % de las personas que murieron en obras de la ciudad no estaban afiliadas a ningún sindicato.
Dentro del sector privado, la proporción fue del 79 %. Esto significa que la falta de respaldo y vigilancia por parte de organizaciones laborales coloca a los trabajadores en una posición con mayor probabilidad de morir.
Además, según el mismo informe, en todos los sitios donde la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) investigó muertes, encontró violaciones graves a las normas de seguridad. Es decir, no se trata de accidentes inevitables.
Muchas veces, los empleadores no ofrecían equipo de protección, capacitación ni protocolos adecuados. Aun así, esas mismas empresas reciben subsidios gubernamentales.
Por otro lado, los trabajadores latinos son quienes más sufren esta realidad. Representan el 10 % de la fuerza laboral en el estado de Nueva York, pero concentraron el 25.4 % de las muertes en el trabajo en 2022.
Por su parte, el Centro de Investigación y Capacitación en la Construcción (CPWR, por sus siglas en inglés), muestra que entre 2011 y 2022, las muertes de trabajadores hispanos en esta industria aumentaron más del doble. Mientras tanto, entre los trabajadores no hispanos, el aumento fue del 16.5%.
El CPWR señala que este fenómeno se debe a factores como:
- Barreras del idioma
- Condiciones precarias
- Falta de formación accesible
- Empleadores que no cumplen con los estándares de seguridad
La mayoría de las tragedias dentro de las construcciones podrían evitarse. Pero ocurren y cambian vidas para siempre. Si usted trabaja en construcción, es vital que conozca estos datos y que los comparta con sus compañeros.
No se trata de vivir con miedo, sino de prepararse para actuar y protegerse. Entender que tiene derecho a exigir condiciones seguras es el primer paso. Si ocurre un accidente, no olvide que buscar ayuda médica y legal es fundamental.
Un accidente no se predice, pero todos podemos prepararnos. La información es su primera línea de defensa.
Condiciones con alto riesgo de muerte en la construcción
Cada obra es diferente, pero muchas comparten un mismo peligro: las condiciones laborales que ponen su vida en riesgo. Si usted trabaja en construcción, es probable que ya haya enfrentado situaciones donde un paso en falso puede costar demasiado.
Cuando se trabajan los techos, por ejemplo, las tareas se desempeñan sobre superficies inclinadas, a gran altura y bajo el sol. Una ráfaga de viento o una mala pisada puede provocar una caída.
El equilibrio, la precisión y la resistencia física son vitales en las construcciones. Un error al conectar una pieza o un descuido al caminar sobre una viga puede tener consecuencias mortales.
Al trabajar con grúas, que cargan toneladas sobre zonas donde hay personas, una mala maniobra, un desperfecto mecánico o un cambio repentino del clima puede convertir un día de trabajo en una tragedia.
Pensemos también en quienes se encargan de las tareas de electricidad como un sector en el que hay más riesgo de morir. Se debe trabajar con cables de alta tensión en espacios reducidos, sobre escaleras o andamios. El riesgo de sufrir una descarga eléctrica, una caída o quemadura siempre está latente.
Para los trabajos de demolición el entorno es todavía más impredecible: muros que colapsan, escombros sorpresivos, polvo en el aire y estructuras debilitadas. Conocer estos peligros es la base para actuar con prevención y exigir seguridad.
7 factores de alto riesgo de muerte en construcciones
Ningún proyecto de construcción, por más grande o pequeño que sea, está exento de peligros. Cuando usted trabaja en una obra, cada paso importa.
Desde el momento en que se activa una herramienta hasta que se retira el último escombro, el entorno exige atención constante. Un descuido, una mala práctica o una condición no controlada pueden poner en riesgo su vida o la de sus compañeros.
Los accidentes que tienen mayor riesgo de muerte no siempre ocurren por causas extraordinarias. A menudo, se originan en tareas cotidianas que parecen controladas.
Por eso, es importante identificar con claridad las actividades que representan un peligro fatal:
- Alcantarillado y conductos: son espacios confinados presentan riesgos de asfixia, gases tóxicos o atrapamiento. Antes de entrar, asegúrese de contar con ventilación, equipo adecuado y vías de escape.
- Grúas, retroexcavadoras y otros equipos: requieren personal capacitado. Si se usan en espacios inadecuados o sin visibilidad clara, pueden causar aplastamientos y choques fatales.
- Herramientas eléctricas: están presentes en casi todas las etapas de la obra. Su mal uso, mantenimiento deficiente o confianza excesiva pueden generar accidentes por descargas eléctricas, cortes profundos o explosiones.
- Tanques de gas, solventes y materiales combustibles deben manipularse con extremo cuidado. Una chispa en el momento equivocado puede costar vidas.
- Las caídas son una de las principales causas de muerte en construcción. El uso de arneses, barandales y andamios certificados reduce ese riesgo, pero nunca lo elimina por completo.
- Las zanjas mal apuntaladas pueden colapsar en segundos. La presión de la tierra, el paso de maquinaria cercana o una lluvia repentina aumentan el peligro de sepultamiento.
- Un muro que cae en dirección inesperada, un cable no detectado o una estructura inestable pueden provocar muertes si no se realiza una planificación cuidadosa.
¿Cómo enfrentar el riesgo aumentado de fallecer?
Trabajar en la construcción implica estar expuesto a múltiples peligros. Algunos se pueden prevenir con medidas simples; otros requieren cambios más profundos.
Usted, como trabajador, supervisor o responsable de una obra, tiene en sus manos la posibilidad de darle la vuelta al riesgo aumentado de fallecer. Aunque no todos los incidentes se pueden evitar, cada obra puede mejorar sus condiciones de seguridad.
Una de las primeras acciones es promover entrenamientos para todo el personal. La educación técnica salva vidas, ya que permite reconocer los peligros antes de que ocurran.
Del mismo modo, cuando usted observa prácticas inseguras en una obra, reportarlas puede evitar una tragedia. Callar frente al riesgo fortalece la negligencia.
También es fundamental apoyar inspecciones más frecuentes. La baja supervisión estatal ha permitido que muchas obras operen sin cumplir con las normas mínimas. Si se realizan más visitas, se detectan más fallas a tiempo.
Además, si un contratista no cumple con las reglas y expone a sus trabajadores ante un incremento en el riesgo de muerte, deben aplicarse consecuencias legales claras. La ley debe proteger a quien construye, no a quien arriesga vidas por acelerar tiempos o reducir costos.
Es urgente proteger a los trabajadores inmigrantes, especialmente a quienes temen denunciar por su estatus migratorio. Crear condiciones legales seguras para ellos es una necesidad real.
Al mismo tiempo, se deben establecer estándares claros y uniformes para prevenir enfermedades laborales. Muchas veces, estas afecciones se desarrollan en silencio y terminan con la vida de quienes las sufren.
Finalmente, las empresas reincidentes en violaciones graves no deberían mantenerse en operación. Cuando una compañía ha demostrado descuido sistemático, perder permisos o licencias es una medida justa. Así se construye con respeto y se honra la vida de quienes levantan cada estructura con sus manos.
Derechos y obligaciones por el riesgo elevado de muerte
Trabajar en la construcción implica asumir ciertos riesgos inherentes a la naturaleza del trabajo. Sin embargo, eso no significa que deba aceptar condiciones peligrosas o negligentes que pongan en riesgo su vida.
Los empleadores tienen la responsabilidad legal de garantizar un ambiente de trabajo seguro. Conocer sus derechos es fundamental para asegurarse de que estas normativas se cumplan.
Las leyes laborales del estado, junto con el Código Industrial y las regulaciones de OSHA, fueron creadas con el propósito de protegerlo. Por ejemplo, el Código Industrial establece reglas específicas para labores de construcción, demolición y excavación.
Si usted trabaja en alturas, por ejemplo, debe saber que la Ley de Andamios exige protección contra caídas. Es deber del contratista o del dueño de la obra garantizar esas medidas. No se trata de suerte, sino de responsabilidad.
Estas leyes no sólo existen sobre el papel. Cuando ocurre un accidente, se activan mecanismos legales para que usted, o en casos más trágicos su familia, puedan recibir la compensación correspondiente.
En casos de muerte por negligencia, ciertos familiares tienen el derecho de presentar una demanda. Cónyuges, hijos, padres o representantes legales pueden solicitar una indemnización que cubra gastos médicos, funerarios y pérdidas económicas futuras.
Reflexionar sobre estos temas no es sencillo, pero sí necesario. En un trabajo con mayor riesgo de muerte como la construcción, estar informado es el primer paso. Pero recuerde que a la hora de actuar, la diferencia la suele marcar el conocimiento experto de abogados especializados.
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